Día de la Guardia Municipal de Badajoz

El Comedor Social “Virgen de la Acogida”, asiste a personas socialmente marginadas, entre las que se encuentran principalmente prostitutas, vagabundos, alcohólicos, toxicómanos y otras que padecen diferentes enfermedades físicas y mentales que no requieren su internamiento en un centro especializado, a los que proporciona diariamente comida caliente y bocadillos.

Igualmente asiste a familias de escasos o nulos recursos económicos entregándoles alimentos en crudo, que son cocinados y consumidos posteriormente en sus propios domicilios.

También proporciona a estas personas un servicio de duchas, lavandería y ropero.

Si hace unos tres años el número de familias que eran asistidas por este comedor social, rondaba entre las 18 y las 20, hoy en día son más de 300 las que mensualmente reciben un carro de comida en crudo por parte de la Congregación de las Hijas de la Caridad, que tiene su sede en la calle Martín Cansado, 40.

Al comedor social llegaban alimentos procedentes de fondos de la Unión Europea en cantidad aproximada de 21.000 kg cada 3 meses. En la actualidad las ayudas se reparten cada cuatro meses y se han reducido drásticamente hasta los 7.000 kilos, pese al alarmante aumento de personas que necesitan de este socorro.

Partiendo de la base de que cualquier ayuda es poca y de que todo lo que se consiga es bienvenido, Sor Marifé, responsable del Comedor, manifiesta al ser preguntada al respecto que, por norma general, cuando alguien se plantea hacer una donación de productos alimenticios a un centro social de estas características, o cuando se hace alguna campaña en los colegios, siempre se piensa en productos cuyo tiempo de conservación es prolongado como legumbres: (garbanzos, lentejas, judías), pasta, arroz, harina, azúcar, galletas…, por lo que si bien es cierto que son alimentos que nunca sobran, si que tienen otras necesidades más inmediatas y que ante su carencia se ven en la necesidad de comprar. Alimentos frescos como hortalizas y verduras, pescado y carne; embuchados como mortadela, chóped, fuet, chorizo, salchichón, queso… para hacer alrededor de 80 bocadillos, pues aunque el personal de cocina descansa los fines de semana, durante estos días la afluencia de personas sigue siendo la misma; enlatados, en raciones individuales como sardinas, atún, caballa y similares; congelados de verduras en general, carnes y pescados; envasados: aceite, leche y lácteos en general.

También se ven en la necesidad de adquirir productos de aseo personal como maquinillas de afeitar de un solo uso, champú, gel, peines y esponjas jabonosas mono uso. Pañales de bebé de distintas tallas y productos de higiene femenina, así como ropa interior que tiene que ser continuamente desechada en aquellas personas que padecen sida o hepatitis. También calcetines y mantas son productos de especial interés.

En cuanto a alimentos y productos de primera necesidad, estas son sus demandas más imperiosas. Hace poco han adquirido bandejas de acero inoxidable tipo cuartel para servir las comidas, por lo que no necesitan nada de menaje, aunque si les viene muy bien lavavajillas y abrillantador industriales y detergente de ropa para la lavandería.

Aparte tienen gastos periódicos de luz, personal, seguridad social, pues a pesar de contar con un grupo de voluntarios, es necesaria la presencia continua de personas que de forma permanente desarrollen su labor en este centro social.